Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI

Historia general del pueblo dominicano 457 haber fortalecido sus vínculos después del debilitamiento de los mismos al final de su tercera administración en los setenta: la promesa de ejecutar una política de privatizaciones y de reordenar la economía en los términos que se habían ya pactado con los organismos multilaterales (FMI y Banco Mundial) durante la administración de Jorge Blanco. Por otro lado, se debe considerar el proceso de recomposición de la derecha dominicana en torno a Balaguer y el PRSC desde principios de los ochenta, que no solo implicó la ya vista fusión con el Partido Revolucionario Social Cristiano, sino que incorporó en posiciones claves de su partido y gobierno a varias personas de este círculo político. Tal fue el caso del vie- jo representante del empresariado y del conservadurismo político, Donald Reid Cabral, expresidente del Triunvirato, que desempeñaría en esa admi- nistración el cargo de secretario de Relaciones Exteriores; otro exmiembro del Triunvirato, Ramón Tapia Espinal, fue designado como abogado del Estado y encargado de instrumentar el proceso judicial contra Jorge Blanco; el general retirado Elías Wessin y Wessin, exlíder militar de las fuerzas opositoras al movimiento constitucionalista de 1965, como secretario de Interior y Policía; general Antonio Imbert Barrera, también exopositor del movimiento constitu- cionalista, como secretario de las Fuerzas Armadas. Después de la destitución temprana del primer designado a esa posición por conflictos internos en los cuerpos castrenses, la administración del Partido Reformista Social Cristiano también incorporó algunas voces jóvenes y modernizantes dentro del conser- vadurismo, como era Jacinto Peynado, quien fue senador por Santo Domingo en ese período, así como el compañero de boleta de Balaguer en la posición de vicepresidente, Carlos Morales Troncoso. Sin embargo, y contrario a las expectativas creadas en las élites econó- micas, casi desde el principio de su quinta administración mostró una fuerte renuencia para continuar con el plan de reestructuración económica respal- dado por los grupos empresariales y el FMI. En lo que pareció ser una suerte de «vuelta al pasado», Balaguer emprendió un amplio plan de obras públicas que conllevó una reducción significativa del crédito al sector privado a cam- bio del incremento del mismo al sector público. A esto se añadió la expansión del gasto vía la emisión de dinero sin respaldo, que provocó una espiral in- flacionaria que retrotrajo la situación macroeconómica al período anterior a la estabilización macroeconómica lograda bajo el gobierno de Jorge Blanco. Estos desarrollos relativos a la política económica están íntimamente engarzados con hechos de carácter político-social, que emergieron ya como respuesta o como fenómenos paralelos a los primeros. Por un lado, las pro- testas populares, que habían cobrado un cariz muy original durante la admi- nistración de Jorge Blanco, se intensificaron en los primeros cuatro años de

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