Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI

456 Los diez años de gobierno del Dr. Joaquín Balaguer, 1986-1996 administraciones de cuatro años cada una, desde 1966 hasta 1978, año en el cual fracasó su tercer intento de reelección frente al Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Entre 1978 y 1986 transcurrieron dos administraciones del PRD, la de Antonio Guzmán (1978-1982) y la de Salvador Jorge Blanco (1982-1986). En ellas se produjo un proceso lento pero sostenido de desgaste del PRD, destacando en la primera el nepotismo, la política de expansión del gasto corriente con sus secuelas inflacionarias, el cisma entre partido y gobier- no y entre partido y sectores sociales, tanto de las clases dirigentes como po- pulares. Durante la segunda administración perredeísta el país transitó por la crisis del ajuste estructural y la estabilización macroeconómica, con su secuela de disturbios sociales, combinados con una percepción de corrupción estatal, sin que se lograra desarrollar ninguna política consistente para superar los estilos neopatrimoniales de ejercicio del poder en el país. 1 Las divisiones internas del PRD disminuyeron las posibilidades de que este partido realizara una campaña electoral exitosa, lo que debilitó sustan- cialmente la candidatura de Jacobo Majluta en 1986 quien fue derrotado con un estrecho margen de 40,000 votos por Joaquín Balaguer, como permanente candidato de su organización, el Partido Reformista, renombrado Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) desde 1984, a raíz de la fusión de ese año con el Partido Revolucionario Social Cristiano. A la pregunta lógica de por qué ocurrió la fusión del Partido Reformista, un partido de gran tamaño y arrastre dentro del electorado, con el partido democristiano, el que para la fecha era minoritario, la respuesta también muy lógica. Con la integración de ambas organizaciones, Balaguer lograba la inser- ción de su organización en la Internacional Demócrata Cristiana y se garan- tizaba el respaldo de una de las grandes corrientes políticas internacionales, precisamente la que competía con la Internacional Socialista (IS), a la cual pertenecía el Partido Revolucionario Dominicano. Entre otros factores, el res- paldo de la IS facilitó la victoria del PRD en 1978 contra el Partido Reformista, con todo y las limitaciones que la negociación con el reformismo supuso para el primero, como la cesión forzosa del control del Senado. Con la integración en la Internacional Demócrata Cristiana Joaquín Balaguer demostraba que había aprendido una lección de estratégica importancia de su derrota en 1978: el peso determinante que puede tener la membresía de un partido a una orga- nización internacional de partidos con ideología común, a la hora de legitimar nacional e internacionalmente, en circunstancias difíciles e impredecibles, el triunfo en las urnas. Además de las debilidades mostradas por el PRD como causas eficaces de su retorno, Balaguer también abonó su triunfo con determinadas promesas electorales que complacieron a las clases empresariales, con las cuales parecía

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