Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI

Historia general del pueblo dominicano 81 en preparación militar». 55 El movimiento armado pretendía ser la base de «la inevitable, necesaria e invencible Revolución Democrática de Liberación». 56 La lucha por el regreso de la Constitución de 1963 fue un simple pretexto, pues las aspiraciones de los catorcistas rebasaban las reformas de Bosch, pro- poniéndose cambios estructurales. Los frentes guerrilleros Nombre Comandante Zona geográfica Juan de Dios Ventura Simó Hipólito Rodríguez Bonao, San José de Ocoa, Constanza y Padre Las Casas Gregorio Luperón Juan Miguel Román Imbert, Altamira, Villa González, Navarrete y El Mamey Mauricio Báez Luis Genao Miches, El Seibo, Higüey y San Pedro de Macorís Hermanas Mirabal Rafael Cruz Peralta Duarte, Salcedo, Nagua y parte de Espaillat Francisco del Rosario Sánchez Ángel Luis Patnella San Juan de la Maguana, Las Matas de Farfán y Padre Las Casas Enrique Jimenes Moya Fidelio Despradel Santiago, Monción, Jánico y San José de las Matas Fuentes: Fidelio Despradel, Manolo Tavárez , pp. 91 y 155; Tony Raful, Movimiento 14 de Junio , pp. 491 y ss. Decenas de hombres y una mujer, integraban los diferentes frentes guerrilleros. El comandante en jefe era Manuel Aurelio Tavárez Justo. Se ubicaron en las periferias de las cordilleras Septentrional, Central y Oriental. Consideraron que desde las montañas se facilitaba el enfrentamiento con las tropas regulares y buscando el apoyo de los campesinos, amparados en el trabajo de concienciación que precedió el levantamiento. Pocos guerrilleros disponían del entrenamiento militar requerido para tales fines, otros tenían limitaciones de salud que impedían el adecuado desplazamiento. 57 En la or- ganización política reinaba un clima de inmolación y aventurerismo, el cual impidió que se reconocieran las limitaciones reales de la guerrilla y sus esca- sas posibilidades de éxito. Con la salida a luz pública de las guerrillas, el trabajo clandestino pasó a ser dirigido por Roberto Duvergé, Juan B. Mejía y Mario Fernández y la «cabeza política» del «aparato político» era el Dr. Benjamín Ramos. La red clandestina tenía ramificaciones en todo el país, pero estaba integrada por jóvenes con escasa experiencia en este tipo de lucha. Por lo que las tareas

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