Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI

698 El arte dominicano en el siglo XX plazas públicas. Hizo carteles, grabados, murales, pancartas, performance y cine. Trabajó el collage utilizando desechos y materia bruta con los que con- seguía resultados de gran belleza. Enormes platos vacíos, coronas mortuo- rias, aviones bombardeando, y siempre la presencia de la isla en el paisaje. Experimental y crítico, su trabajo artístico introdujo la desacralización del arte como objeto en la República Dominicana. Incursionó en producción y direc- ción cinematográficas. Las exposiciones que presentó en distintas capitales del mundo le hicieron conocer internacionalmente. Alumno de Yoryi Morel, Guillo Pérez se da a conocer en las décadas de 1950 y 1960 por sus cuadros abstracto-expresionistas que trabajaban el paisaje dominicano. A partir de los ochenta su pintura cambia a la figuración para in- cursionar en la cultura cañera de manera exhaustiva. Al entrar los noventa su obra aborda los monumentos arquitectónicos volviendo a una preocupación de sus años iniciales. Sus últimos cuadros han sido realizados en un estilo que él mismo llama estructuralismo tropical, propuesta en que diversas imágenes alusivas a un tema forman parte del cuadro, en una visión plana que pretende ser totalizante. Se le considera uno de los principales coloristas de la pintura dominicana. Domingo Liz ingresa en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1949. Estudia con Manolo Pascual, Gilberto Hernández Ortega, Jaime Colson. Dibujante, escultor, pintor, logra premiaciones nacionales e internacionales. Sus esculturas utilizan la abstracción para lograr una síntesis orgánico-misti- cista, basando sus soluciones en equilibrio y volumetría. Sus dibujos y pintu- ras, muchos de ellos de soporte cubista, no abandonan la figuración, aunque sus telas de los años noventa abordan planteamientos abstractos, pintando el hacinamiento de casas, cuerpos, miradas, caras, sexos; Ozamas hechos desde el otro lado del río que ordenan el paisaje infraurbano donde la miseria crece. Fue profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes por más de treinta años y dedicó su vida a la creatividad y a la docencia. En 2008 obtuvo el Premio al Artista del Año por la Fundación Corripio. Ada Balcácer nació en San Juan de la Maguana en 1930. Ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes en la década de 1950, y allí recibió su forma- ción de mano de los nacionales y europeos que ocupaban el cuerpo docente. A finales de la dictadura de Trujillo logra salir del país y vive en Puerto Rico y Nueva York donde estudia pintura, dibujo y grabado trabajando como dise- ñadora industrial. Después de la muerte del tirano regresa a Santo Domingo (1962), integrándose a la vida política y cultural del momento. Durante esos años trabaja el tema de la familia conformando imágenes abigarradas, expresionistas, donde hombre y flora se complementan. En 1968

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