Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI

690 El arte dominicano en el siglo XX En 1928, regresó a Nueva York para estudiar anatomía artística y po- nerse en contacto con las nuevas corrientes. Volvió definitivamente a Santo Domingo en 1931, y abrió su Academia de Dibujo y Pintura la cual operó durante 10 años, tiempo en el que formó a los más destacados artistas de la época. A partir de 1933, año en que fallece Abelardo Rodríguez Urdaneta, la Academia de Celeste Woss y Gil es la más importante del país, y su lugar solo es ocupado por la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), cuando se inau- gura en 1942. Sus primeras obras trabajan el clasicismo y el realismo, pero ya en la década de 1940 realiza una pintura postimpresionista donde el apoyo geométrico subyace, evidenciando una hechura directa que la relaciona al expresionismo. 1939-1945: E xiliados europeos consolidan la modernidad Con el interés de proyectar una imagen favorable a nivel internacional, después del descrédito que le trajo la matanza de haitianos en 1937, el gobier- no de Trujillo dio cabida a un gran número de exiliados españoles y judíos que huían de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y de la Guerra Civil Española (1936-1939), y que comenzaron a llegar al país desde 1939. Dentro de estos exiliados había artistas e intelectuales que se integraron a la vida cultural dominicana. Entre losartistasespañolesquevinieronseencontraban: JoséGausachs, pintor; Alfonso Vila (Shum), dibujante y pintor; Francisco Rivero Gil, di- bujante y muralista; Joan Junyer, pintor y escultor; José Alloza, dibujante y cartelista; Antonio Bernard (Toni), Víctor Garda (Ximpa) y Bias, caricatu- ristas; Eugenio Fernández Granell, pintor; José Vela Zanetti, pintor y muralis- ta; Ángel Botello, pintor; Solaeche, pintor y dibujante; Francisco Vázquez Díaz (Compostela), escultor; Mateo Fernández de Soto, escultor; Miguel Marinas, pintor; y Antonio Prats-Ventós, escultor. 9 El número de inmigrantes españoles llegó casi a cuatro mil; la población dominicana de la época constituía menos de dos millones de habitantes en todo el país y menos de cien mil habitantes en la ciudad capital: la proporción que establecen estas dos cifras, arroja el mayor número de exiliados recibido en un país de América. Estimulado por el avivamiento artístico que produce la presencia de los europeos en Santo Domingo, Trujillo accede a la creación de la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA) en 1942, primer centro de estudios que actuó

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