Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI

688 El arte dominicano en el siglo XX de septiembre de 1930 y el deseo de la población de una figura nacional que reconstruyera el país a nivel de valores humanos y de organización produc- tiva fueron algunas de las causas que allanaron el camino al dictador, quien se promovió como un hombre organizado y trabajador, además de ferviente nacionalista. Durante los primeros diez años de su gobierno, reconstruyó la ciudad destruida por el ciclón, restituyó las aduanas al gobierno dominicano y llevó a cabo una matanza de haitianos (2 de octubre al 15 de noviembre de 1937). Eugenio María de Hostos (1839-1903), educador puertorriqueño, llega a República Dominicana en 1875, y en 1880 funda la primera Escuela Normal con un programa de enseñanza basado en el positivismo. 4 Hostos creó un sistema educativo que se basaba en práctica e investigación, que resultó la base de escuela nacional. Los postulados teóricos del gobierno de Trujillo contradecían las pro- puestas «pesimistas» de algunos intelectuales y propendían al crecimiento y desarrollo nacional, al igual que la fe en el hombre dominicano, de lo cual él se proponía como ejemplo. Distintos factores ayudaron a sustentar los inicios de su gobierno: el cre- cimiento del capitalismo azucarero que aumentó el movimiento económico y el afianzamiento de las ideas positivistas sembradas por Hostos reforzaron el espíritu nacionalista resurgido durante la intervención norteamericana. Arte y literatura se desarrollaron. La literatura trabajó los patrones experimentales del modernismo 5 y la pintura utilizó los lenguajes del realismo, costumbris- mo, impresionismo, postimpresionismo y art nouveau. En la década de 1930, Yoryi Morel (1906-1979), de Santiago de los Caballeros, Jaime Colson (1901-1975), de Puerto Plata, y Darío Suro (1917- 1998) de La Vega, integran a su pintura tipos raciales, entorno geográfico, costumbres, luz, color, creando, junto a la obra pionera de Celeste Woss y Gil, las bases de un arte que representa lo dominicano, excediendo la intención y logrando resultados de hechura. Yoryi Morel fue un pintor de provincias que gracias a la excelencia de su trabajo trascendió a nivel nacional. Maestro del costumbrismo, su obra se desenvuelve entre el realismo, el impresionismo y el postimpresionismo. Su primera exposición individual en 1932 presenta cambios en el tratamiento de tipos y entorno, que remueven la actitud hasta entonces adoptada por los artistas para la selección de temas y los modos de plasmarlos. Su interés en la revitalización de lo nacional se caracteriza por un tratamiento objetivo de lo autóctono que parte del realismo costumbrista, donde hombre, paisaje y hábitat son plasmados con un impecable manejo de la línea y del color. Por

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