Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI
486 Los diez años de gobierno del Dr. Joaquín Balaguer, 1986-1996 Majluta, el 2.3 %. La JCE había certificado un golpe de Estado electoral y Balaguer sabía que debía negociar para poder salir de esta difícil situación». 39 Frank Moya Pons, que ha hecho extensos estudios sobre el desarrollo de la democracia dominicana, es todavía más contundente en cuanto al señala- miento de responsabilidades en estos hechos: «Durante todo este proceso, la Junta recibió el apoyo constante de los obispos y líderes empresariales, así como de muchos miembros de la prensa que se resistían a reconocer la co- misión de un fraude y no se cansaban de afirmar que la crisis era de índole interna y debía ser resuelta únicamente por la institución a la que competía, es decir, la Junta Central Electoral. El cardenal-arzobispo, conocido antagonista de Peña Gómez, luchó abiertamente para convencer a la comunidad interna- cional de que dejaran el problema en manos de la Junta por tratarse de “un asunto doméstico” que debía ser resuelto por las autoridades dominicanas». 40 El cuadro de conflicto forzó a los principales actores a negociar, y tanto la Iglesia Católica como la OEA, y especialmente el coordinador de los obser- vadores electorales de la JCE, John Graham, se ofrecieron como mediadores entre Balaguer y Peña Gómez para encontrarle una solución a la crisis. Al tér- mino de una secuencia de reuniones los dos líderes firmaron un pacto, el 9 de agosto de 1994, basado en una propuesta de Peña Gómez que fue presentada al país el día 10 de agosto de 1994. El Pacto por la Democracia permitiría a Balaguer gobernar por dos años (se dice que en una primera versión el acuerdo fue que Balaguer permane- ciera por un período de 18 meses en el poder), siempre que previamente se aprobara una enmienda constitucional que permitiera a las autoridades mu- nicipales y congresuales electas ocupar sus puestos por el período de cuatro años. El gobierno de Balaguer debía terminar en agosto de 1996, sin posibili- dad de repostularse, cuando se celebraran nuevas elecciones presidenciales y vicepresidenciales. Estas elecciones debían ser organizadas por una nueva Junta Central Electoral, bajo una nueva ley electoral. Se prohibía la reelección consecutiva. Para ser electo presidente, el candidato debía obtener el 45 % más uno de los votos válidos, y en caso de no conseguirlo, debería celebrarse una segunda vuelta electoral. Este pacto firmado por Balaguer y Peña Gómez no sería la versión final. Según algunos de los estudiosos del período, los congresistas del PRSC, con el apoyo del PLD, modificaron el pacto para que el presidente Balaguer pudiera permanecer en su cargo durante dos años, en lugar de dieciocho meses. 41 El porcentaje para la segunda vuelta fue elevado al 50 % más uno de los votos válidos. Aunque Peña Gómez fue informado de la modificación que no se ha- bía acordado, decidió no seguir luchando. Un mes después informaría al país
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