Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI
46 Las luchas contra los remanentes del trujillismo I ntentos de perpetuación del trujillismo Sectores importantes de la familia de Trujillo se resistían a ceder el poder. Asumían que poseían suficiente fuerza militar para apagar el mo- vimiento de masas emergente después de la muerte del tirano. El 15 de noviembre de 1961 José Arismendy (Petán) y Héctor Bienvenido Trujillo regresaron al país con la idea de dar un golpe de Estado que incluía tomar el poder, represión generalizada y la eliminación física de Balaguer y de líderes de la oposición. Esta decisión de los «tíos malvados» provocó que los Estados Unidos detuvieran sus gestiones, aprovecharan para levantar las sanciones y enviaran tropas a patrullar en el espacio marítimo y aéreo dominicano. El Gobierno de los Estados Unidos temía que el golpe de Estado desem- bocara en una situación que permitiera a la izquierda apoderarse del poder y establecer una segunda Cuba. La presencia militar fue una señal a los her- manos de Trujillo. Esta acción no fue rechazada por ninguna de las fuerzas políticas dominicanas. Petán y Negro Trujillo armaron su propuesta sobre la base de la fuerza militar dejada por el dictador y heredada por ellos. No obstante, el Ejército fue formado para responder a Trujillo. 56 Habían surgido fisuras dentro de los cuerpos militares, donde muchos comenzaron a inclinarse hacia un pro- ceso de distanciamiento de su pasado trujillista. El sentido monolítico de las Fuerzas Armadas había desaparecido. El general Pedro Rafael Rodríguez Echavarría se levantó respaldando a Balaguer: «… lo determinante en el fracaso del golpe, fue el respaldo militar ofrecido a Balaguer por los pilotos de la Fuerza Área, encabezados por Pedro Rafael Rodríguez Echavarría, jefe de la Base Área de Santiago. Los aviones bombardearon la base militar de la ciudad de Mao, bajo el mando del general Rodríguez Reyes único foco de la resistencia. La mayoría de los jefes militares trujillistas se plegaron al movimiento de Rodríguez Echavarría». 57 Balaguer aprovechó para sacar de las Fuerzas Armadas a familiares del dictador y el golpe de Estado fue abortado. Con el fracaso del golpe de Estado los «tíos malvados» y sus seguidores salieron del país. El pueblo celebró en las calles, lo que significaba la derrota definitiva de los Trujillo. Estatuas, placas, letreros e imágenes del dictador fueron derrumbadas. Posteriormente Balaguer dispuso cambiar nombres de calles e instituciones en diferentes localidades.
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