Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI
Historia general del pueblo dominicano 409 Las señales de lo que sería la política económica del nuevo gobierno se empezaron a manifestar en sus relaciones con el FMI. Las diversas renegocia- ciones de la deuda externa que se implementaron entre 1985 y 1986 exigían que el país mantuviera por lo menos un «Programa de Vigilancia Económica» con el FMI. Un acuerdo de esta naturaleza implicaba una orientación clara sobre la política económica en lo que se refiere a la forma de financiamiento y nivel del gasto público. Pero tal lineamiento ponía en peligro la política de inversiones del nuevo gobierno, que intentaba reeditar las políticas públi- cas de los Doce Años, por lo que se desató una fuente de conflicto entre el Gobierno y el FMI. A pesar de que desde el segundo semestre de 1986 se iniciaron conver- saciones con diferentes misiones del FMI, con representantes de la banca comercial acreedora y del Club de París, no fue sino hasta mayo de 1987 cuando el Gobierno dominicano acudió formalmente al FMI para pedir un Acuerdo de Sobrevigilancia. Las circunstancias que llevaron a esa decisión se vinculan a los atrasos crecientes en el pago de los compromisos de la deuda externa con el Club de París, lo cual bloqueaba el acceso a los recursos bilate- rales y obligaba a un esfuerzo de ahorro interno cada vez mayor para cubrir la brecha financiera del programa de inversiones públicas en ejecución. En 1987, según las cifras del FMI, 47 el país había elevado los atrasos sistemáti- camente, desde US$ 138.5 millones en 1985 a US$ 179.3 millones en 1986 y a US$ 346.2 millones en 1987, de los cuales el 75 % era con el Club de París. La posición dominicana era buscar un acuerdo con el FMI que «no implique ajuste ninguno y que no nos ponga en dificultades, como nos puso en 1985 el acuerdo Stand-By». 48 Al mismo tiempo, en junio de 1986 se había eliminado la disposición de la Junta Monetaria que establecía un encaje marginal de 100 % aplicable al incremento de los depósitos comerciales con el objetivo de contrarrestar el efecto monetario de la devaluación. En ese mismo mes se eliminó el recargo cambiario del 36 % que se aplicaba a las exportaciones tradicionales y el 5 % a las exportaciones no tradicionales, cuyo objetivo era generar recursos para cubrir el déficit de la CDE y las pérdidas cambiarias del Banco Central. Las consecuencias de esta decisión fueron inmediatas: aumento de la liquidez y del medio circulante. 49
RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3