Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI
Historia general del pueblo dominicano 401 Por otra parte, la movilización popular se agudizó por el proceso de dete- rioro de las condiciones de vida. Este proceso alcanzó su clímax el 17 de abril de 1984, cuando el Gobierno decidió el traspaso de todas las mercancías (con excepción del petróleo y la deuda externa) al mercado paralelo de divisas, al tiempo de que se ajustaban los precios de los bienes y servicios producidos por el Estado. A raíz de esa disposición oficial, el 24 de abril de 1984 estalló un mo- vimiento popular generalizado (sin dirección política), que provocó más de 100 muertos, y obligó a detener la aplicación de la política de «shock» y a suspender temporalmente los acuerdos con el FMI (24 de mayo de 1984). La suspensión temporal del acuerdo se basó en una discusión en tor- no a la velocidad del ajuste, y no en la naturaleza del mismo. En efecto, el Gobierno dominicano planteaba para el segundo año del Acuerdo de Facilidad Ampliada reducir la «velocidad del ajuste», diseñando una po- lítica para 1984 que reforzara los cambios a mediano plazo en vez de la política de «shock». Los desacuerdos giraban en torno a la velocidad de la devaluación, el aumento de las reservas internacionales, los ajustes en las tarifas de algunos servicios públicos, la rápida disminución de los atrasos internacionales y la reducción acelerada del déficit público, entre otras medidas. Aunque la suspensión temporal de las discusiones con el FMI se centró en el ajuste cambiario, principalmente en el subsidio implícito al petróleo a través del tipo de cambio oficial, no es menos cierto que a finales de 1983 no se había cumplido con las metas acordadas en el programa. 36 La salida a esta situación fue la creación del llamado Acuerdo Sombra, 37 mediante el cual se reconocía la decisión y la voluntad del Gobierno domini- cano de mantener la política de ajuste, pero aplicándola a un ritmo gradual. El nuevo acuerdo tendría una duración de 6 a 8 meses, y serviría para crear las condiciones para la eventual unificación cambiaria (la devaluación). En realidad era una especie de «modus vivendi» de la República Dominicana con la comunidad internacional, por medio del cual se mantenía la vincu- lación con el FMI, se reconocía la necesidad de continuar con los ajustes en forma más gradual y no se violaban los acuerdos de renegociación de la deuda externa. En concreto, el Gobierno dominicano obtendría: restablecer los programas de ayuda del Gobierno norteamericano (CCC, PL-480 y los Fondos de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe); restablecer los programas de ayuda y tener acceso al financiamiento multilateral (Banco Mundial); y, finalmente, obtener el patrocinio del FMI para la negociación de la deuda externa.
RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3