Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI
400 La economía dominicana en transición 1980-1996 En septiembre de 1983 era evidente que el acuerdo con el FMI no se sostenía, por diferencias en el manejo de la política fiscal y, sobre todo, por las contradicciones entre los diferentes grupos económicos causadas por el proceso de reorganización del mercado cambiario, que hasta ese momento había estado controlado por los «cambistas», quienes enfrentaban el traspaso del negocio a los bancos comerciales. En octubre el tipo de cambio se elevó rápidamente. A mediados de ese mes el Banco Central cerró temporalmente las casas de cambio, se echó para atrás el decreto que reconocía la deducción para fines fiscales de la divisa comprada en los bancos comerciales, se sacó a los bancos comerciales del negocio cambiario, se establecieron restriccio- nes para sacar divisas del país, el Banco de Reservas intervino en el mercado cambiario, se restringió el crédito, se volvió a prohibir la participación de las casas de cambio y se tomó un conjunto de acciones policíacas que desataron una fuerte salida de capitales y movimientos especulativos. Al final, el tipo de cambio había sobrepasado en diciembre el 2 x 1 y en febrero era 3 x 1, encontrando un nuevo valor de equilibrio en la vecindad de 2.8 x 1. El reordenamiento del mercado cambiario y los ajustes fiscales y moneta- rios provocaron la reacción de varios sectores económicos y sociales. En pri- mer lugar, como ya se señaló, se dio una intensa lucha entre los «cambistas» y la banca tradicional por controlar el mercado cambiario, que desembocó en especulación y en un desorden del mercado. En segundo lugar, las industrias grandes y medianas de sustitución de importaciones no tenían capacidad para ajustarse a los cambios con la velocidad que estos se estaban produciendo; la adaptación implicaba que ese sector se reorientara hacia la exportación. Por otra parte, enfrentaban una reducción del mercado real por el intenso proceso de deflación, así como un acelerado aumento en los costos (vía la devaluación, la tasa de interés y los impuestos indirectos) que resultaba cada vez más difícil de ser transferido a nuevos precios de venta. Era indudable que se estaba verificando un proceso de reacomodamiento de grupos sociales. Por un lado, se expandían el sector financiero (principal- mente el informal, por la reducción del crédito y el aumento de la tasa de interés), las actividades especulativas, el turismo y otras actividades de servi- cios en detrimento de aquellas cuyas ventas dependían del mercado interno y eran dependientes de insumos importados: el sector industrial. El mejor ejemplo de esta situación fue la confrontación que terminó con la ruptura entre la Asociación de Industriales de Herrera, que representa al sector industrial de sustitución de importaciones, y el Consejo Nacional de Hombres de Empresa, que representa a la cúpula del movimiento empresa- rial dominicano.
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