Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI
40 Las luchas contra los remanentes del trujillismo R echazo por la oposición conservadora El Gobierno norteamericano no confiaba en el bloque opositor encabe- zado por los cívicos. A pesar de coincidir en el anticomunismo, desconfiaba que ese grupo expresara suficiente fortaleza para conducir un proceso que condujera al establecimiento de un sistema estable que dejara atrás las movi- lizaciones urbanas, las cuales provocaban nerviosismo entre los estamentos de poder de los Estados Unidos. En principio, los norteamericanos concentraron sus esfuerzos en buscar la estabilidad con Balaguer, debido a que los cívicos no resultaban cónsonos con sus requerimientos de una figura fuerte para enfrentar el vacío político. La crisis presentaba un panorama de arena movediza, que llamaba la atención a la preservación de los intereses enclavados en el país. Los Estados Unidos no atencionaron a las fuerzas políticas conservadoras emergentes, aunque no las descartaran de manera definitiva. Para el Gobierno de los Estados Unidos era vital «fortalecer a Balaguer en su proceso de democratiza- ción, evitando que se mueva, ya sea hacia la izquierda, o hacia la derecha». 41 H uelgas y movilizaciones sociales En la medida en que la situación fue despejándose, la espontaneidad se apoderó de las masas mediante manifestaciones de protesta en repudio a los remanentes del trujillismo. Las movilizaciones entraron en un proceso ascen- dente y de expansión geográfica. El primer momento detonante fue el mitin organizado por el PRD el 7 de julio de 1961. El miedo fue desapareciendo y las manifestaciones de protesta se propagaron con un contenido de «ira popular». Entre trujillistas y antitrujillistas se desató un pugilato por el control de las calles. La prensa oficial se hizo eco de las protestas contrarias al régimen pero en un lenguaje peyorativo, que las situaba cerca de la delincuencia común. Se refería a esta con el nombre de turbas, las cuales tenían como contrapartida a los paleros. Estos últimos eran grupos de civiles armados que atacaban a los que reclamaban la destrujillización del país. Sus actuaciones sí tenían una matriz abiertamente delincuencial. Las oleadas de protestas resultaron más sistemáticas en la medida en que los partidos iniciaron sus actividades públicas. Fue incendiada Radio Caribe,
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