Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI
370 Los gobiernos del Prd: 1978-1986 . Transición democrática, movilización popular y crisis económica De esa forma, las posiciones variaron desde el reclamo a la JCE de que cumplie- ra su función de organizador y juez del certamen electoral, el llamado al respeto de la voluntad popular, hasta encontrar algunos casos en que se defendía la pulcritud de las elecciones y de forma. Muchos actores independientes simple- mente exigieron el respeto a la legalidad pero sin emitir juicios sobre el respeto a la voluntad popular; tímidamente reclamaban el respeto de sus resultados. Donde más heterogéneas fueron las posiciones fue en la esfera de los partidos políticos. Descartando el apoyo y reclamos del PRD a los resulta- dos, como también las posiciones del PR de Balaguer, partido que casi no se pronunció públicamente (quienes actuaron en cambio fueron los militares que de hecho representaban mejor a Balaguer), los restantes partidos tuvieron muy heterogéneas posiciones. Los partidos tradicionales pequeños casi no se expresaron. El MAS, a través de Caonabo Javier Castillo, se limitó a indicar que el pueblo tuvo la percepción del cambio, argumento que se inclina por el apoyo a los resultados favorables al PRD pero no lo asume. Los reformistas registran solo una declaración señalando la necesidad de respetar la volun- tad popular, lo que en las condiciones de ese partido no dejaba de ser un argumento irónico. Fue la izquierda, después del empresariado, la sociedad civil y los sindicatos, la que tuvo un protagonismo mediático más importante, pero sus posiciones fueron ambivalentes. El PLD llamó a la unidad nacional incluyendo al PRD, pero no reclamó el respeto a la voluntad popular, lo que en esas condiciones era casi desconocer esos resultados. Gran parte de los partidos de izquierda reclamaron el respeto a la voluntad popular, pero no asumieron que esa voluntad depositaba en el PRD el voto mayoritario. La UPA fue la organización de izquierda más militante en la defensa del voto mayoritario hacia el PRD. El PCD apoyó que la voluntad de las mayorías le dio triunfo al PRD, pero introdujo reparos indicando que debía apoyarse esa voluntad mayoritaria, pese a que el PRD continuaría con la misma situación de dominación, igualmente rechazó la declaración de Antonio Guzmán ne- gándose a la colaboración del movimiento comunista en el Gobierno. Los sindicatos en general exigieron el respeto a la voluntad popular. Esa posición fue más firme en los sindicatos de la región Norte, específicamente en Santiago. Algunos sindicatos indicaron que al PRD debía apoyársele, pues su llegada al poder introduciría una nueva situación de mayor respeto a los derechos humanos y laborales. En general las organizaciones religiosas defendieron el triunfo del PRD, tras defender los resultados legítimos del certamen electoral. Sus argumentos se apoyaron mucho en la defensa de los derechos humanos y nunca presenta- ron declaraciones confrontacionales.
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