Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI
Historia general del pueblo dominicano 369 A nálisis : En la coyuntura de 1978 se expresaron las fuerzas sociales (clases, grupos de presión, partidos, sindicatos, asociaciones, etc.) que constituían el universo político dominicano, desde la perspectiva de sus actores. Al estudiar el desa- rrollo de los dos gobiernos del PRD que protagonizaron la fase popular-de- mocrática de la transición que se inauguró en 1978, como al apreciar también la fase conservadora de la transición, cuyos gobiernos los dirigió Balaguer, se puede reconocer cómo el posicionamiento del conjunto de fuerzas sociales y políticas en 1978 afectó notablemente el proceso de transición democrática conservadora que le sucedió. Lo que más llama la atención es que en la coyuntura de 1978 fue abruma- dor el concierto de fuerzas que defendieron los resultados electorales que da- ban por ganador al PRD, pero ese reconocimiento no fue homogéneo, y tuvo expresiones muy diversas. Pero lo más importante es que el grueso de sus actores al final del primer período de gobierno tenían algún tipo de diferencia importante con el PRD y tenían desacuerdos. Es cierto que esto se expresó sobre todo en el empresariado, pero a partir de abril de 1984 envolvió también al movimiento popular urbano. En cambio, en 1984 se configura otro pano- rama, cuyo principal elemento diferenciador es el alejamiento de la sociedad civil del PRD. Lo que es más importante: se aprecia una visión muy crítica del comportamiento del PRD en la crisis, parte de muchos actores populares organizados que, en principio, en 1978 apoyaron al PRD. El otro componente importante es el del relativo distanciamiento del sindicalismo en la toma de posiciones. Finalmente, el empresariado en su conjunto, si bien no expresó una ruptura con el PRD, asumió una distancia crítica. Un análisis más detallado de la información del cuadro indica que en la crisis electoral de 1978: El empresariado apoyó los resultados de las elecciones que favorecieron al PRD, pero lo hizo en términos esencialmente institucionalistas sin entrar en valoraciones políticas. Pese a ello, se observan matices: los empresarios del Norte del país, sobre todo de Santiago, fueron más militantes en la defensa de la voluntad nacional expresada en las urnas. Las organizaciones empresa- riales que representaban al empresariado a nivel nacional, que como se sabe estaban corporativamente en manos de los empresarios de Santo Domingo, insistieron sobre todo en el apego a la ley y solo luego a la voluntad popular. En la sociedad civil, incluidos los llamados “independientes”, revelan mayor heterogeneidad en sus posiciones, pero en general apoyaron al PRD.
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