Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI

356 Los gobiernos del Prd: 1978-1986 . Transición democrática, movilización popular y crisis económica L a experiencia de la transición democrática Las dos experiencias sucesivas de gobierno del PRD analizadas, pese a que tuvieron que responder a situaciones económicas diferentes y en lo político también expresaron diferencias importantes, mantuvieron aspectos comunes. En primer lugar, en ambos hubo una gran presión social que en el primer caso condujo a la política de aumento del gasto público y en el otro obligó primero a un programa de austeridad que pasó por un acuerdo con el FMI y a enfrentar una revuelta popular. A consecuencia de ello, en am- bos gobiernos se produjeron fuertes tensiones entre el Poder Ejecutivo y el Congreso, producto de las divisiones internas y la política de tendencias que se adueñó del PRD. En los dos gobiernos del PRD el presidencialismo fue la nota distintiva de la unidad del régimen. Pero en cada caso el sesgo presidencialista asumió características específicas. En el de Antonio Guzmán hubo un fuerte sesgo familiar y regional en las ejecutorias de gobierno, vale decir, el presidencialis- mo asumió un condicionamiento nepótico y regionalista. En el caso de Jorge Blanco el círculo del poder partidario del presidente terminó teniendo una gran influencia, unido a la acentuación de la influencia del empresariado de Santo Domingo. Por vías distintas, el sesgo presidencialista tendió, en los dos casos, a acentuar la distancia entre el grupo que asumía la gestión de gobierno y el aparato político-partidario. En ambas experiencias, esto se reflejó en las tensiones permanentes entre Gobierno y Congreso que caracterizaron la ges- tión gubernamental del PRD entre 1978 y 1986. Además de haber afirmado las libertades democráticas en el país y haber fortalecido la competencia democrática entre partidos, base de la democracia moderna, los gobiernos del PRD, tanto el de Antonio Guzmán como el de Salvador Jorge Blanco, redujeron hasta casi anular la influencia militar en la vida política, siendo este uno de los principales logros de la transición demo- crática en el largo período 1978-1996. Las libertades que comenzaron a afirmarse no lograron disolver, sin em- bargo, la lógica de equilibrios inestables que pasó a caracterizar la política dominicana moderna, desde la muerte de Trujillo en 1961. En el caso del ré- gimen balaguerista de los Doce Años ese equilibrio inestable giraba en torno a las tendencias militares y produjo un mecanismo excluyente del pluralismo competitivo de partidos, acentuando el autoritarismo. En el caso del PRD en el poder, el equilibrio inestable se trasladaba al partido gobernante y a

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