Historia General del Pueblo Dominicano Tomo VI

102 Los rasgos del Estado de la posdictadura (1961-1966) que se suspenderían las estaciones de radio y televisión que difundieran in- formaciones sobre dicha huelga y además que las fuerzas del orden público intervendrían las sedes de sindicatos o instituciones que protegieran a activis- tas de la huelga. Pero la técnica de gobierno relativa a desencadenar poderes de emergencia y suspender los derechos ciudadanos también se utilizó sin estar precedida necesariamente de la declaratoria de estado de excepción. Al cabo de las anteriores consideraciones, hay que realzar que durante el período de 1961 a 1966, la preeminencia del poder concentrado sobre el derecho se enseñoreó de manera contundente de la mano de los momentos de excepción, especialmente de aquel que culminaría en 1966. En tan poco tiempo cinco modificaciones constitucionales obraron como arena movediza, en lugar de sólidos cimientos para la edificación del orden jurídico-político posterior a la dictadura y, por supuesto, del estado de derecho. Pero lo que es tan importante como lo anterior, la preeminencia del poder autoritario e incontenible sobre lo jurídico, como fuente de la creación de normas legales y constitucionales como por la amplia libertad para esquivarlas, marcó los inicios de la posdictadura y se reveló en el transcurso de los años como un rasgo perdurable. U na nueva sensibilidad : los derechos y la cuestión social (1961-1966) Los miedos y el combate por el reconocimiento Después de 23 años de exilio, en la víspera del regreso al país de Juan Bosch, la banda los «Paleros» asaltó la casa en que se alojaría el futuro pre- sidente de la República. 18 Los Paleros eran una fuerza de choque paraoficial armada para amedrentar la escalada de acciones y posturas antidictatoriales, y procuraban diseminar el terror en un ambiente en que el miedo colectivo, desencadenado durante la dictadura, se había asentado, y apenas empezaba a disiparse. El mismo día de su regreso, el 20 de octubre de 1961, Bosch pronun- ció su primer discurso ante el país, el cual fue distribuido en una hoja suelta, y uno de sus temas centrales consistía en la recomendación singular para el momento histórico: «hay que matar el miedo». Antes de analizar este discurso singular que se conectó con las dimen- siones sociales y culturales de los miedos que atenazaban a la sociedad

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